sábado, 5 de julio de 2014

Éstos fueron Los Ángeles de Cappa...

5 de julio. Tendría que ser feriado para nosotros. Tendría que compararse, con el mayor de los respetos, con cualquier fecha patria.
5 de julio de 2009. Un día parecido al de hoy: gris, lluvioso y a punto de disputarse otro partido vital. Argentina-Bélgica por los 4tos de final de la Copa del Mundo en Brasil.
5 de julio. Hoy tendríamos que realizar una fiesta en el Ducó o en la Sede para recordar aquel campeonato que nos quitaron.
5 de julio. Hoy será la última vez que escriba sobre Los Ángeles de Cappa y lo haré de la mejor manera: recordando, para mi gusto, una de las mejores jugada que vi en ese semestre:

"Perdíamos 1 a 0 en Avellaneda. Veníamos felices de derrotar, en la última pelota, a San Martín de Tucumán en casa. Recién era la segunda fecha pero ya notábamos que algo diferente se visualizaba. Monzón cortó un centro y salió jugando con Goltz que la cedió a Bolatti. El cordobés era siempre la primera salida.
Bolatti a Díaz, Díaz a Pastore, quién bajaba unos metros a tomar contacto con su gran amor: la pelota. El Flaco al Pipi que se sumaba siempre al ataque. Araujo otra vez a Bolatti quién se la dio a Pastore. Se llevaban bárbaro. Misma tonada. Pastore se la volvió a dar a Aurajo quién se la prestó a Díaz. Balón en mitad de cancha y por derecha. Nuevamente, el volante rubio se la dio a Pastore quién rompió el juego con una especia de taco a Díaz y armaron una pared para derrumbar defensas. Díaz tocó rápido con Defederico que no quiso ser menos: dejó en ridículo a dos defensores de Racing, entró al aérea y ante la salida del arquero decidió picarla. Como si fuera Leo Messi. Golazo. 1 a 1".



Para qué perder tiempo en contarlo si pueden ver tamaña obra de arte que podría estar en cualquier Museo del mundo o en cualquier escuela de fútbol de como llegar al arco contrario saliendo del propio, con dominio de balón y movimientos perfectos para quedar mano a mano con un especialista en el amague ante centrales altos y toscos. 25 segundos duró al jugada. Y en 19 minutos, de perder 0-1, pasó a ganarlo 4 a 1.

Éstos fueron Los Ángeles de Cappa. Un equipo hermoso. Con un arquero que pese a su edad no se achicó, con dos centrales duros y dúctiles con la pelota, dos laterales que eran trenes, un volante central que no le incomodaba jugar con traje, bastón y galera, un volante que ayudaba a recuperar, un 9 que peleaba con los rivales para que se luzca un chiquito que la dejaba chiquitita y un Flaco que no intimidaba con su físico pero si enamoraba a todos con gambetas, sus caños y definiciones de mocoso insolente ante grandes.

Éstos fueron Los Ángeles de Cappa. Para los que tenemos entre 20 y 30 años, fue nuestro gran lujo haber disfrutado de ellos. De sus victorias, de su forma de jugar, de sus alegrías, de ver el estadio lleno, de caminar por Luna e imaginar los goles que iba a ser Huracán en la previa del partido y de unión de todos los Quemeros.

Ésta es mi despedida de Los Ángeles de Cappa
. Ya no gastaré más papeles recordándote. Pero para siempre estará en mis memorias un equipo que casi me da todo. Un equipo que disfruté con mi papá, mi padrino, mis primos, mi amigo Leo y mi familia.

Éstos fueron Los Ángeles de Cappa. Simplemente, muchas gracias... 


Juan Manuel Penalba
@JuanchoPenalba