lunes, 20 de octubre de 2014

#LosPuntajes, por Agustín Macri

Huracán nuevamente repitió la misma bipolaridad de encuentros anteriores, y no pudo superar a Sarmiento de Junín. Apático 2 a 2 para un conjunto que con el correr de las fechas va sumando problemas y necesita volver a la victoria con carácter de urgencia.  Mismos errores, similares acontecimientos que ya no son vicisitudes, y que definitivamente dejaron en claro para qué está este Huracán.

En la primera mitad, el conjunto dirigido por Kudelka arrancó con las ganas y la voracidad de siempre, la cual se fue perdiendo con el correr de los minutos, hasta transfigurarse en la misma versión apática que permite que los rivales inflen el pecho, y avancen en el campo de juego.

El globo realizó una correcta primera parte, en la que buscó el partido con sus mejores armas; pero luego, en el segundo tiempo, se retrasó de forma desordenada, digna de un equipo sin sustento táctico para saber dónde posicionarse a la hora de retroceder. Estos errores se venían exponiendo desde el comienzo del segundo tiempo, y no era necesario recurrir a la brujería para afirmar que Huracán estaba mal parado, y si bien defendía con sus once jugadores, dejaba huecos insólitos, en algunos casos producto de “achiques” mal ejecutados y en otros, simplemente por el hecho de que no podía hacerse de la pelota  –en parte por la salida de Toranzo –.

Es injusto no atribuirle algo de responsabilidad al DT, que no logra interpretar los partidos adecuadamente, y realiza cambios un tanto extraños. A pesar de que el rendimiento de Toranzo fue paupérrimo, no se entiende por qué Kudelka excluye al único jugador que puede asegurar que la pelota esté en nuestros pies al menos unos minutos. Un técnico con la experiencia Frank, debería saber que si el equipo comienza a mostrar fallas tácticas, debe hacerse de la pelota, no agrupar gente en defensa.

Tampoco es entendible que la defensa sea impenetrable  en los partidos por Copa Argentina, y endeble en este tipo de encuentros. Por eso no hay que dejar de lado el factor actitud, ya que si se comparan los encuentros entre una competición y otra, las diferencias saltan a la vista.

En fin, este equipo de Huracán tiene una enorme facilidad para quitarle el aliento a sus hinchas –lamentablemente no a los rivales- y para sumirnos en una desesperación subyugante, pues ya nadie tiene la capacidad para distinguir si esto se produjo por desgaste, por el cambio de algunas piezas, por déficits tácticos, o si se debe a un problema extrafutbolístico.

Con el apoyo de @mftattoo, y esta vez con muchísimo dolor, los puntajes del empate ante Sarmiento de Junín:

Díaz: 5  – En ninguno de los dos tantos de Sarmiento le podemos atribuir responsabilidad alguna: en el primero, quedó mano a mano frente a Cuevas, quien definió con categoría; mientras que en el segundo, Scatolaro tuvo todas las facilidades posibles para hacerse con la posición, y definir a contrapierna del gran arquero que tenemos. En su encuentro de hoy, no tuvo participaciones destacadas, ya que Sarmiento no inquietó demasiado. Los hinchas sabemos quiénes están comprometidos con el club, y quienes saltarán cuando se hunda este barco, que luce bastante dañado; y estamos convencidos de que Marcos es un bastión fundamental para nuestro equipo. Más que merecida la ovasión que recibió cuando quedó de cara a la Bonavena.
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Mandarino: 4 – En sintonía con el equipo, realizó una buena primera parte en la que mordió y luchó incansablemente, permitiendo que el globo no pase grandes sobresaltos por esa banda. Luego, en la segunda mitad, su sector se vio mucho más comprometido y no pudo sostener el nivel de la primera parte, concluyendo una tarde imprecisa al permitir que Casierra desborde con mucha facilidad, y envié el centro que le daría el empate a Sarmiento.
Mancinelli: 4 – Laxo encuentro del pelado, que pifió en el primer gol del conjunto juninense, y en el segundo, quedó mal ubicado y compartió responsabilidades con el resto de la defensa, al no adelantar al equipo para que los laterales o volantes del rival queden inhabilitados. A esta altura del campeonato, sorprende y mucho la irregularidad de un defensor con su experiencia.
Erramuspe: 5 – Errores y aciertos en igual medida. Eso es lo que muestra el ex Lanús, que no respondió de la mejor manera en ninguno de los dos tantos del rival, pero que marcó la victoria parcial. Está claro que, si bien es discontinuo, es el mejor central que tenemos.
Arano: 4 – Otra vez, flojo encuentro de Chiche, que fue uno de los puntos bajos del equipo. Cometió errores infantiles, no logró clausurar su sector y tuvo algunos inconvenientes cuando se hizo del balón. Se entiende el por qué de las críticas de los hinchas, que lo reprochan ante sus bajos rendimientos. No sorprende que en ambos goles haya tenido parte de la responsabilidad.
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Vilarruel: 6 – La figura del globo. Ya es una constante que el pibe realice un esfuerzo desmesurado por cubrir todas las falencias de VIsmara, y sorprende su regularidad. No es vistoso, ni se destaca de la misma forma que Martínez o Espinoza, pero desempeña un rol vital y lo hace con mucha regularidad, distribuyendo –todas las pelotas pasan por sus pies– y presionando en todos los sectores de la cancha. Necesita un socio que lo acompañe en esta tarea.
Vismara: 4 – Hace rato que ya se le agotó el crédito, y a esta altura la titularidad es un premio totalmente inmerecido. Se ubica en sectores en donde termina siendo poco productivo, no acompaña a Villarruel en la distribución del juego, y “se borra” completamente cuando debe retroceder y recuperar el balón. Insisto en que su rendimiento desde que desembarcó en Huracán es pésimo, y esto se debe, en gran parte, a una actitud cansina y desganada.
Toranzo: 4 – Otro rendimiento pobre, sin matices y con errores que se hicieron costumbre. Su incidencia en el juego fue escasa, y jamás se hizo protagonista de la distribución. Apenas aportó algo colaboración en la circulación del balón, y ejecutó el córner que terminaría en gol de Huracán. Cuando salió, el equipo sintió su ausencia;  ya que, a pesar de que muchas veces se desconecta, garantiza que la pelota esté en nuestros pies. A esta altura del campeonato, y con las urgencias que vivimos, preocupa su apatía.
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Espinoza: 5 – En el primer tiempo, se destacó por su sacrificio y por la presión que ejerció sobre la banda derecha. Sin demasiados socios, se las ingenió para ser incisivo, y no perder peso en la ofensiva. Luego, en la segunda mitad, debió retroceder y se terminó desvaneciendo, sin poder conectarse con el balón.
Ábila: 3 – Se cansó de perder en el duelo mano a mano frente a los centrales de Sarmiento, que le ganaron la posición en todas las oportunidades. Wanchope jamás influye demasiado en el juego, pero hoy tampoco pudo convertir –es cierto que no tuvo demasiadas oportunidades para hacerlo–. Se viene un tramo difícil, y Huracán necesita que sus once jugadores se sacrifiquen durante los 90 minutos, y hoy Wanchope desaprobó esa materia.
Martinez: 5 – Buen primer tiempo, en el que repitió la fórmula de los encuentros anteriores, y se valió de su “explosión” para aparecer ante una pifia del rival, y marcar el 1 a 0. En la segunda parte se desconectó del juego, y terminó pagando el retroceso de sus compañeros. Se lo necesita a este nivel.

Llegaban a la manga. El aliento ensordecedor de la gente hacía más fantástico aquel discurso de su capitán, que dejaba perplejo al resto de los integrantes de aquel grupo.
El partido por Copa Argentina estaba por comenzar, y su líder vociferaba: “¡dale que ganamos, vamos, vamos, vamos!” …

“Ante quien corresponda”
Decíase de un grupo de personas
incendiadas por aquel Dios,
nacido entre el más puro oro
en rebaños de arena dorada,
reíanse, insolentes, de las más puras almas, pues eran
obsoletos, concupiscentes e indignos de llevar aquellos estandartes

Ilusión dibujada entre papeles
Firma, nombre y monto
Sangre, sudor y lágrimas
Firme aquí, aquí y aquí
Pasión, amor e incondicionalidad
Aclare aquí, deposíteme aquí y recibirá allí


No puedo despedirme sin antes aborrecer a quienes propician el uso de la violencia frente a quienes no responden como uno quisiera. Lamentablemente, no todos tienen grandes valores, y han olvidado la moral en algún lugar muy lejano; pero por suerte para Huracán, no son todos. Confiamos en éstos últimos.